𝙼𝚒 𝚋𝚎𝚜𝚝𝚜𝚎𝚕𝚕𝚎𝚛
Normalmente, tras una ruptura, además de las cincuenta fases por las que pasamos, uno de los pensamientos más comunes y habituales es, ¿lo superaré? ¿Qué sentiré al verle?
Uno no está realmente seguro de la respuesta a esas preguntas hasta que, por fin, se topa de nuevo con ello.
El agobio, la ansiedad, los nervios... Todo lo que nos carcome por dentro esperando a que llegue ese día.
Bueno, pues ha llegado.
Recibes el mensaje y, te das cuenta, de que en realidad, es como si no hubieses recibido nada. Pasado, piensas.
Eso es, por lo menos, lo que he pensado yo.
Me di cuenta de que lo había superado cuando no te tuve rencor, cuando no te tuve odio, cuando no tuve recuerdos a los que aferrarme para lograr saber que sentir.
Cuando sentí sin pensar.
Cuando pensé solo en mí, y me alegré de la decisión que había tomado en su momento.
Cuando sonreí viendo en quien me había convertido, en mí misma.
Nadie duele para siempre.
Y sobre todo, cuando me miro al espejo y me reconozco. Cuando me siento bien conmigo misma, libre y dispuesta a comerme el mundo y no dejar que sea el quien me coma a mí.
Atravesé el cristal y fue lo mejor que hice en mi vida.
Cerré el libro y comencé otro.
Ya ves, te dije que era escritora y no lo supiste ver.
Y aquí me encuentro ahora, escribiendo una nueva novela en la que, te aseguro, no habrá rastro de ti, pero mi huella quedará por todas las página.
Nunca más volveré a perderme.
Seré el bestseller que siempre merecí.
L.B.
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